Esther Sanz: “La novela juvenil es mi sello y no la voy a dejar”

La escritora española, de visita en Argentina para participar de la 43º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, habló con Soy Bibliotecario sobre la emoción de encontrarse con sus lectores, sus libros y este maravilloso universo de la literatura juvenil.

Por: Rodrigo Lastreto

Momento de entrevista con Esther.

Desde el primer minuto de la entrevista habla con pasión, siempre con una sonrisa que ilumina su rostro. Se le nota en cada palabra, en cada frase que ama ser escritora. Una profesión que descubrió cuando solo tenía 7 años y ganó un concurso de jóvenes escritores en la escuela.

Parecía que su destino ya estaba escrito desde muy chiquita: “Recuerdo que cuando me preguntaban qué quieres ser, siempre decía escritora”, cuenta Esther. Pero el paso del tiempo suele hacer que una persona olvide sus sueños y todas esas ilusiones que ella tenía de niña quedaron postergadas: “De pronto te pones a pensar que no tienes nada interesante que decir, a quien le va a interesar lo que tu escribas”.

Esas dudas hicieron que Esther se dedique al periodismo, era su manera de seguir escribiendo “pero rápidamente me di cuenta que la realidad no era lo mío y que era capaz de hacer reportajes inventando la mayoría de datos. Era muy mala periodista”, recuerda con esa sonrisa infaltable. “Entonces pensé que el mundo de los libros era mi camino y gracias a un amigo, que me incentivó a que hiciera lo que siempre soñé, me lancé y ahí estaba yo… escribiendo la primera línea de mi primera página”. Y así comenzó todo…


Un camino ascendente

Esther nos firma su nuevo libro:
Si el amor es un canto de Sirena.
Esther Sanz nació en Barcelona (España), en 1974. Es licenciada en periodismo y ha trabajado en varias revistas femeninas, además de ejercer de editora. Su primera obra, Vive rápido, siente despacio, fue publicada en 2007. Cuatro años después se sumerge en el universo de la literatura juvenil con El bosque de los corazones dormidos (2011). Posteriormente escribió Los siete soles de la felicidad (2011), El jardín de las hadas sin sueño (2012). El año pasado VRYA editó, con excelente repercusión, Si el amor es una isla (primera parte de la saga Silence Hill) y hoy, en la Feria del Libro, presentará su continuación Si el amor es un canto de sirena.

“Es la primera vez que vengo a la Argentina. Todavía no pude visitar mucho pero sí recorrí el barrio de Palermo y Puerto Madero que me ha encantado. Es una ciudad preciosa”, cuenta Esther sobre su primera impresión de Buenos Aires.

- ¿Qué sabes de los jóvenes lectores de Argentina?
- Es un público muy apasionado, muy cariñoso, súper amable que te demuestran las cosas con mucho cariño y te dicen lo que piensan. Son muy franco y eso me encanta.

- ¿Qué sensaciones te produce presentarte en la Feria del Libro?
- Espero disfrutar mucho de esta experiencia, Estoy muy feliz de estar aquí. También soy consciente de que acabo de empezar en este país, en Latinoamérica y que a pesar de haber publicado la trilogía anterior (El Bosque, también para el público juvenil) estoy creciendo así que hay que tener paciencia, calma y mucha, mucha ilusión.

- ¿Qué diferencias encuentras entre los lectores argentinos y españoles?
- Los lectores españoles no son tan cariñosos como los latinos, tan efusivos, pero al mismo tiempo son muy apasionados y muy implicados con lo que leen y también se te acercan con mucho respeto. Creo que no hay tanta diferencia entre los lectores jóvenes, es parte de la edad esto del impulso y la curiosidad.

- ¿Por qué elegiste escribir para jóvenes?
- Siempre admiré mucho la literatura juvenil porque, aunque pasen los años los libros se continúan reeditando y a veces pasan de generación en generación. Yo tengo una hija de 10 años y ella lee libros que yo leía a su edad. Es un género que admiro mucho y a mí me marcó de una forma muy especial. Todavía recuerdo libros que leía a esa edad. De todas formas, mi incursión en lo juvenil fue por la temática de mi trilogía anterior. Yo tenía muy clara la historia, los personajes que debían ser jóvenes y eso y me marcó que tenía que ser una novela juvenil. Estuve hablando con un amigo que publicaba novelas juveniles y me dio varios consejos para saber cómo tenía que ser y me lancé.

- ¿Qué es lo que te motiva al escribir para un público juvenil? 
- Yo creo que ese impacto que los escritores provocamos en los jóvenes. A veces te dicen “yo no leía hasta que he encontrado este libro tuyo o gracias a ti me he enganchado en la lectura”. Para mí eso es el mayor piropo que me pueden decir como escritora y la verdad es que siempre he tenido mucha fascinación por este género. Además, la literatura juvenil te mantiene joven al igual que el contacto con los chicos.

- ¿Vas a volver a escribir para el público adulto?
- Me encanta la novela juvenil y no la voy a dejar, aunque debes en cuando publique una novela para adulto. Las novelas juveniles son mi sello. También escribí para los más pequeños, en 2015 publiqué “¡Juntas para ganar!” (Yes we dance!) que trata sobre unas chicas que bailan y se publicó en España con la editorial Penguin. Para escribir esa historia me inspiré en mis dos hijas.

- ¿Cómo fue el proceso de creación de la saga Silence Hill?
- Después de haber escrito una trilogía tenía ganas de escribir un libro único, relajarme en una historia y me apetecía mucho escribir una trama de misterio. Lo que tenía clara era la historia porque quería situar a la protagonista en un lugar del que fuera difícil huir, quería darle este ambiente gótico de los clásicos románticos del siglo XIX. 

- ¿En qué te inspiraste para crear esta trama?
- Fue una historia de una amiga de mi hermana que había estado en Inglaterra trabajando en un hotel alejado, al que solo podían acceder en coche, que no era fácil salir de allí y contaba unas historias increíbles que se alimentaba con matequilla caducada. Unas historias que no sé cuánto tienen de verdad o de fantasía de ella. Cuando me la contó me puse a pensar que haría yo en una situación así. El estar en un hotel del que no podías escapar era algo así como de aventura, pero al mismo tiempo de horror entonces comencé a desarrollar esta historia. 

- Los escenarios también tienen una magia especial…
- Buscaba una ambientación que tuviera esa atmósfera especial, entonces recordé un viaje que había hecho de joven a Sark, que es una Isla del Canal de la Mancha. Este lugar tiene unas particularidades especiales que la hacen muy misteriosa. 

Es una isla muy bonita en la que no hay contaminación lumínica, es la primera isla de cielo oscuro donde puedes ver todas las estrellas y las noches que no hay luna es espectacular. Están prohibidos los coches a motor a menos que sea un transporte agrícola. Conociendo este sitio me pareció que no hacía falta inventar ningún lugar porque ya existía el ideal.

- Los personajes también son muy coloridos, ¿qué nos puedes contar de ellos?
- Con relación a Patrick me interesaba mucho un personaje que se escondiera detrás de una máscara, quizás como el Fantasma de la Ópera. Esta característica me servía para explicar que hay máscaras, más allá de lo físico, que escondemos en nuestro corazón para ocultar ciertas cosas. Pienso que todos llevamos esas máscaras y me pareció muy interesante ir quitando estas capas para llegar a tu ser más auténtico. 

Por ejemplo, Elizabeth, otros de los personajes, tiene la máscara de la soberbia que es incapaz de amar porque se siente dolida. Patrick tiene sus propias máscaras porque ha vivido una infancia dolorosa y no se permite amar porque cree que él mismo no es digno de esto. 

En cuanto a Luisa (el personaje principal) tiene una parte de mí y una parte de cualquier joven que está experimentando el cambio hacia la madurez, que está en un momento de su vida que se enfrenta a muchas inseguridades y al mismo tiempo tiene una parte muy curiosa que quiere explorar lo prohibido, lo desconocido. 

- ¿Con qué nos vamos a encontrar en Si el amor es un canto de sirena?
- Es un libro autoconclusivo, que nos va a mostrar que es lo que pasa después del “cuando fueron felices y comieron perdices”. Van a descubrir hacia dónde va la historia, que es lo que pasará. Por eso, en el primer capítulo de este segundo libro, Luisa dice que: “Nunca he creído en los finales felices”. Es en este momento, que nos damos cuenta que pueden pasar muchas cosas y lo que parece luz se puede comenzar a oscurecer con mucha facilidad.

- ¿Este es el final de la saga Silence Hill?
- Acá termina a menos que mi editor me pida lo contrario…

- Y ahora, ¿Qué es lo que sigue?
- Estoy trabajando en una nueva novela de romance para el público juvenil. Pero si quieres saber más me vas a tener que escuchar esta tarde en la Feria del Libro…

Hoy en la Feria del Libro...


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